Historia del Cane Corso
“El perro es parte del hombre” — Albert Brahm
Los Cane Corso tienen sus orígenes e historia. Esta raza milenaria nos ha acompañado desde los inicios.
Características del Cane Corso
Perro de talla mediana a grande, fuertemente constituido robusto pero elegante, con músculos fuertes, atlético y con apariencia sólida, compacto y sin pereza. Tiene un carácter muy protector hacia su amo y familia, sin embargo, es capaz de distinguir al amigo del enemigo. El Cane Corso es normalmente un perro tranquilo, ladrando únicamente cuando alerta a una situación extraña. El Cane Corso es muy astuto cuando se trata de atrapar o de enfrentarse cuerpo a cuerpo a los animales salvajes. Además, con sus poderosas articulaciones el Cane Corso se mantiene firme sobre el suelo es capaz de atrapar a su presa y no soltarlo hasta su muerte
La versatilidad para adaptarse y la variedad de usos son la razón para el éxito de esta raza. En el pasado fue utilizado para proteger la propiedad y el ganado, la caza mayor y la defensa. Es un perro dócil y sociable, son fácilmente entrenados que hoy en día juega con eficacia las tareas para las que es seleccionado. Él sabe por instinto cuando convertirse en un perro terrible, de defensa y de protección para su propietario, la casa y toda la familia. Él debe ser sumiso a su familia y desconfiado con los extraños.
Inteligente, enérgico y equilibrado, es una incomparable compañía. Con músculos potentes y extensos, muy distinguido, expresa fuerza, agilidad y resistencia. La conformación general es la de un mesomorfo cuyo tronco es más largo que alto; armónico con respecto al tamaño e inarmónico con respecto a los perfiles.
Información General de un Cane Corso
Esta raza necesita socialización como cualquier perro grande, los propietarios deben entrenar a su perro. Se llevan bien con los niños, de protección y suaves, al parecer conscientes de desamparo del niño y la inocencia. Su temperamento es muy estable. El Cane Corso ama a su familia. El Cane Corso requiere de una gran atención y formación, así que si no se está dispuestos a hacer este compromiso entonces tal vez el Cane Corso no es el perro para ti, también una persona que no tiene experiencia con un perro dominante, en especial los machos, puede ser muy dominante y un reto para lo que él percibe como el liderazgo de la manada (su casa y la familia). Teniendo en cuenta su tamaño y capacidades, es mejor una persona que tiene experiencia con este tipo de comportamiento para tener uno.
El Cane Corso es un perro guardián excelente, en general, permanecerá en sus tierras. Él tiene un fuerte sentido del territorio. Su mirada es audaz y noble. El Corso hasta hace pocos años fue criado sólo por su capacidad de trabajo. Tenga en cuenta que estos perros son sólo de las granjas desde 1988. El corso tiene un carácter dominante, especialmente hacia otros perros. Él debe ser socializado con otros animales a una edad temprana. El Corso no renunciará a una provocación de una pelea y no retrocederá en un desafío. La mayoría de los corsos tienen un carácter reservado con los extraños. Básicamente, tienen que conocerle a usted antes de que sean demasiado amable. Este comportamiento es totalmente aceptable tomando en cuenta de esta historia que la raza es de un perro guardián.
Historia y Orígenes del Cane Corso
Los orígenes del Cane Corso son muy antiguos Según algunos autores, etimológicamente la palabra Corso deriva del griego Kórtos (corral, recinto, cercado), y para otros Corso deriva del latín Cohors (guardián, protector de un territorio determinado). El Cane Corso es el mastín italiano antiguo, descendiente directo mastín de los antiguos romanos (Canis pugnax). En realidad, se trata de un nombre desconocido dentro del léxico de la cinofilia contemporánea.
La documentación más antigua encontrada, donde el Cane Corso es citado, incluye poemas: Niccolo Macciavely (1469-1527) Tito Giovanni Scandiano (1556) Leporea (1628) y textos sobre diversas temáticas. Giovanni Battista Marino (1569-1625) Erasmo di Valvason (1523-1593) En su poema didáctico “La Caza” se refiere a él cómo Corso. Y que nuestro parecer se asemeja en gran medida y con detalle al Cane Corso. Acostumbrados a la persecución y a la caza del lobo el oso y el jabalí.
El "Corso" ha conservado de sus ancestros, el " Molossi " de Epiro y el "pugnaces" de Roma, utilizado en la guerra y para combatir en el circo, el carácter agresivo y combativo necesario para el éxito de alcanzar su meta, sin vacilación y con fuerza potencial sorprendente.
En 1998, la A.I.C.C. o "Associazione Italiana Cane Corso" publicó un estudio que puso de manifiesto el uso militar de la "Cane Corso" en 1137 en Montopoli di Sabina (cerca de Roma), el hallazgo de las perreras de la época y los estrechos vínculos entre la raza y la historia de Roma. Todo esto nos permite considerar al "Cane Corso", como la evidencia principal de una raza ancestral que ha mantenido las características particulares de los siglos, que nos retrotraen en el tiempo, no sólo para el período vinculado a la economía agrícola inmediatamente anterior a la revolución industrial, pero aún más atrás vincular canófilos con las grandes civilizaciones del pasado, el ascenso y la caída del imperio romano, la Edad Media y la época moderna.
Con el paso de los siglos, no sufrió grandes cambios quizás porque era bueno de ese modo: con características funcionales y morfológicas (ágil, rústico, robusto y liviano al mismo tiempo, en grado de alcanzar la presa, de recorrer amplios tramos de caminos, o de proteger la hacienda durante el pastoreo) que constituían las razones históricas de su presencia en las diferentes sociedades. Era un perro grande pero no gigantesco, por lo tanto, su manutención no era onerosa. Terrible con sus enemigos y desconfiado con los extraños, pero también dulce y extremadamente leal con su dueño, la familia y los niños. El Cane Corso tenía solo un problema: no era un perro aristocrático; era un perro de pastores, campesinos, gente rústica del campo que pedía a su compañero solo un servicio y no que fuera hermoso o simpático. Un verdadero perro de trabajo.
El Cane Corso ha conservado de su antepasado directo, el Canis Pugnax (o también llamado Molosso Romano (utilizado en guerras y en circos) la combatividad y resistencia necesarias para lograr el éxito en sus acciones, sin vacilaciones y con un potencial de fuerza impresionante. A través del contacto con el hombre y la vida social ha aprendido a ser reactivo solo con su competencia, transformándose en un óptimo interprete de la gestualidad humana.
Uno de los parientes más antiguos de Cane Corso son los Molossos originarios del Epiro, una región de la Grecia nor-occidental cuyo periodo histórico más notable coincide con el reinado de Pirro, quien le dio un importante impulso entre fines del Siglo III e inicios del IV a.C.
Epiro estaba continuamente en guerra con Roma y Macedonia hasta que en el 168 d.C. fue devastado por los romanos a causa de haber establecido una alianza con los macedonios, de este modo, pasó a formar parte del Imperio Romano. Los Molossos eran los habitantes de esa zona del Epiro. Y el Canis Pugnax (Moloso Romano) era un nombre dado en virtud de la naturaleza valerosa de este perro, con marcadas inclinaciones para combatir incluso contra adversarios mucho más grandes y peligrosos.
Podemos decir que el Cane Corso es un Molosso descendiente de un perro muy robusto, majestuoso, adecuado para luchar en los senderos que, de la región de Mesopotamia, cerca del tercer milenio a.C. durante la gran civilización sumeria. Después de las invasiones bárbaras y la llegada de los comerciantes griegos y fenicios, aparece en Europa el nombre de "Canes Pugnaces.
El "Canes Pugnaces", derivado de 2 variedades de perros: uno pesado, utilizado principalmente para la guerra y los combates en la arena y uno ligero utilizado en caza mayor y la custodia de los rebaños de ganado, de las que desciende el Cane Corso.
Desarrollo del Cane Corso
Con la agrupación del hombre en áreas estables, fue aumentando su necesidad de disponer de instrumentos aptos para la defensa personal, la supervivencia y que fueran funcionales en el control del ambiente. La supervivencia requería el uso de cualquier capacidad, y el Cane Corso representaba un aspecto fundamental en esas funciones. Fue así que se comenzaron a realizar cruzas selectivas con sujetos que debían mejorar la calidad y capacidad de sobrevivencia.
Su habilidad olfativa y su dinamicidad en la búsqueda, empujaron al hombre para seleccionar con fines de lucro. Los sujetos introducidos en la tarea de cazar, presentaban un notable temperamento y coraje (atacar e inmovilizar a la presa con la única fuerza de su mordida en el cuello del animal, sin la ayuda de algún arma). Además, se les exigía poseer dotes de perseverancia en el seguimiento de huellas.
Las aptitudes del Cane Corso para la vigilancia y su capacidad para percibir peligros inminentes, eran para el hombre características primarias. Fue por eso que la selección generó los primeros Corsos para guardia, empleados generalmente en la gestión del territorio. El Cane Corso se mostró también esencial para la defensa y reunión de manadas y animales domésticos (vacas, ovejas, etc.), lo cual resultó un importante servicio que estimuló las cruzas selectivas y el nacimiento de Corsos utilizados en el pastoreo.
El Cane Corso debía demostrar particulares habilidades y aptitudes en las tareas dadas y al mismo tiempo, como cualquier perro doméstico, debía garantizar su sociedad con el hombre y una estrecha unión con él.
La casi extinción del Cane Corso
Junto con la industrialización llegó la modernización de la agricultura y de los sistemas de crianza de animales; también disminuyó el número de animales salvajes y aumentó el empleo de armas de fuego (que derivaron en distintas técnicas de caza); todo esto redujo algunos usos tradicionales de la raza. Por estos motivos la difusión del Cane Corso luego de la Segunda Guerra Mundial sufrió un drástico redimensionamiento. Básicamente, el riesgo de extinción que sufrió el perro fue debido a que antes de él, fue su dueño el que se estaba extinguiendo. Es que a causa del abandono de las tierras por parte de los trabajadores del campo, la raza fue olvidada; recordemos: que posee antiquísimos orígenes ligados a las tradiciones rurales, particularmente en la sureña región de Calabria y Puglia estando al servicio del hombre en las tareas agrestes y el cuidado de los animales.
La situación a inicios de los años 70s era preocupante para la supervivencia del Cane Corso, a esa altura reducido a un modesto número de ejemplares que ni siquiera eran considerados por la cinofilia oficial, aunque hubiera habido importantes señalizaciones de apasionados cinófilos. Fue salvada gracias a la perseverancia de estos últimos y gracias a algunas personas, particulares, que mantuvieron con vida los pocos ejemplares que habían quedado. Con la recuperación y la precisa selección de sujetos típicos, se produjo un vuelco hacia la reproducción de ejemplares rústicos, atléticos, forzudos y resistentes.
Resurgimiento de una raza
La investigación y estudio del Cane Corso se inició en los años 1956-57, cuando fueron publicados en revistas importantes artículos del profesor. Bonatti, que registraron directamente y en detalle las características morfológicas de Corso y puede traer de vuelta a su antigua gloria una carrera cerca de la extinción.
Fue propiamente en aquellos años 1976, que otro apasionado, un buscador de las tradiciones rurales de Italia, el Dr. Breber, este se propuso llamar la atención del público y de los amantes de la raza, publicando un artículo en la revista del ENCI, llamado “Nuestros Perros”.
Gracias a este primer paso, seguidamente un grupo de apasionados de la raza que mantenían contacto con Breber transformaron el artículo en un proyecto de recuperación de la raza. En octubre de 1983 estos apasionados dieron origen a la S.A.C.C. (sociedad de amantes del cane corso). Los intentos unitarios de la recuperación de la raza que habían sido la base de la fundación S.A.C.C., tuvieron un primer sobresalto en 1986, año el cual el Dr. Breber abandono la sociedad, este hecho resultara determinante para la dirección futura de la selección. En consecuencia, de esto faltara la contribución de aquellos que formaban parte de los verdaderos interesados en el Cane Corso, y que sobre todo habían provisto los perros para las primeras crías: Basir modelo de la raza era hijo de Dauno y Tipsi, dos perros de la selección Breber.
- Tipsi y Dauno se sabe que han producido increíbles cachorros Cane Corso - algunos dicen que "los mejores cachorros siempre".
- Basir, hijo de Tipsi & Duano, es el Corso utilizado como modelo para el primer estándar de la raza Cane Corso FCI.
En este periodo debe ser evidenciado la actividad de la S.A.C.C. (sociedad de amantes del Cane corso) para llevar cabo el reconocimiento del Cane Corso, la cual se desarrolló con mucho empeño y con resultados apreciables. Demasiados de los mismos no se pueden decir desde el punto de vista perro-técnico, ya que el nivel cualitativo de la cría de perros de Basir (1980) no solo nunca fue repetido, sino que los sujetos producidos aparecían (y todavía aparecen) muy lejanas de aquel modelo, con una acentuada diferencia o no son homogéneos.
En aquel periodo la S.A.C.C. organizo con suceso reuniones con técnicos amantes de perros, con el fin de hacer conocer la raza y permitir a los jueces ENCI de efectuar verificaciones y mediciones. Esta actividad tuvo como resultado un proyecto de estándar heredado por el Dr. Antonio Morsiani, ratificado por el comité de jueces del ENCI en 1987.
En la redacción del estándar, quizás por la necesidad de tener que diferenciarse lo más posible del otro dogo Italiano el Mastín Napolitano, fueron cometidas algunas violaciones, que hasta ahora son objetivo de discusión.
La más importante pertenece al cierre de los dientes, ya que el estándar FCI indica que el cierre típico debe ser de ligero prognatismo. La mordida de tijera es aceptada pero no deseada.
En 1992 para seguir mejorando la evolución de la raza, el ENCI decidió inscribir los Corsos nacidos de padres verificados por los jueces y como tales considerados “los primeros”, en un libro no oficial llamado “libro abierto”
Esta hermosa raza, que fue utilizada como originariamente como perro de trabajo, nuevamente se está ganando día a día el reconocimiento que merece. Su porte rustico atlético y su carácter fundamentalmente fiable despiertan un interés actual por esta raza, excelente como perro de protección y aun mejor excelente compañero para toda la familia.
Datos Curiosos
Lo más interesante para nosotros es el parecido que tienen estas esculturas con el Cane corso. El perro terracota de Mesopotamia, el artefacto que está localizado en el museo de Mesopotamia es bien conocido como el perro moderno. Con algunos rasgos molosos y de guardia, muy parecido al perro tipo mastiff.
Algunas esculturas y estatuas indican que el perro tipo mastiff existió cerca del Segundo milenio a.C.
Estas esculturas son muy similares al tipo de perro mastiff moderno. Ellos son de largos huesos proporcionalmente, braquiocefálicos y con orejas pendientes, sin cuestionar morfológicamente son el tipo de perro guardián.